Mi nombre es David y soy fotógrafo y videógrafo profesional. Siempre he sentido una atracción natural por mirar el mundo con otros ojos. Por detenerme. Por observar la belleza que otros pasan por alto. Y sobre todo, por contar historias que no solo se vean, sino que se sientan.

Mi camino empezó desde la autoexploración. Aprendí por mi cuenta, cámara en mano, buscando la luz, los encuadres, el alma de los momentos. Después me formé en escuelas como Workshop Experience y CEI en Madrid, donde consolidé mi técnica en fotografía, vídeo y postproducción. Pero incluso entonces, algo dentro de mí pedía más. No bastaba con lo correcto, quería lo verdadero.

Así nació CREATIVE MEDIA PROJECT, mi productora creativa. Un espacio desde donde acompaño a marcas y personas a transformar su mensaje en algo que se vea, se escuche, y sobre todo… se recuerde. Porque comunicar no es gritar más fuerte. Es llegar más profundo.

Durante años trabajé con todo tipo de clientes: empresas, emprendedores, artistas.

Pero un día, casi sin buscarlo, llegaron a mí personas distintas. Terapeutas. Coaches. Facilitadores. Gente con una energía especial. Con una misión que iba más allá de vender: querían transformar vidas.

Recuerdo la primera vez que grabé un retiro. Sentí que todo encajaba. El silencio, la emoción contenida, las palabras con peso… Era otro ritmo. Otra frecuencia. Y ahí entendí que mi trabajo no era solo capturar imágenes, sino sostener espacios. Acompañar con respeto. Escuchar con la cámara. Ser testigo del alma.

Desde entonces, me enamoré de este universo. Me siento profundamente cómodo aquí. Hay algo en este tipo de cliente que me resuena: su autenticidad, su mirada hacia adentro, su forma de habitar el mundo. Trabajar con ellos no es solo inspirador, es transformador también para mí.

Hoy, además de proyectos publicitarios y marcas personales, me dedico a crear contenido visual para el mundo espiritual y consciente: retiros, cursos online, ceremonias, sesiones individuales, espacios sagrados… Siempre desde la sensibilidad, el respeto y la belleza.

Estoy en Madrid, pero siempre con la maleta lista. Porque allá donde alguien tenga una historia con alma, yo quiero estar ahí para contarla.